lunes, 11 de octubre de 2010

El verdadero Padre nuestro (2)



En el evangelio de Mateo, Jesús afirma que Juan el Bautista fue en otro tiempo el profeta Elías, quien se suponía debía regresar a la Tierra antes de la llegada del Mesías. Juan el Bautista negó serlo, pero los reencarnacionistas señalan el "olvido" que desciende antes de cada nueva vida para explicar el hecho.

De acuerdo con antiguos documentos coptos descubiertos en Egipto en 1945, los gnósticos (que influyeron en la doctrina cristiana) creían en la reencarnación. El manuscrito gnóstico Písíis Sophia (Conocimiento-Sabiduría) relata cómo Jesús explicó a María Magdalena que Él había provocado el renacimiento de almas avanzadas, incluyendo la de Elías como Juan el Bautista.

Los cristianos primitivos llamados pre-existencia (precristianos), entre los que se contaban autoridades eclesiásticas tan importantes como Justino Mártir y Orígenes, creían en la doctrina de la preexistencia del alma, la cual implica la reencarnación. La doctrina fue aparentemente desterrada en 553, año en que el emperador romano Justiniano, habiéndose proclamado jefe de la Iglesia, anatematizó a Orígenes.

Durante la edad media la creencia en la reencarnación sobrevivió, conjuntamente con otras concepciones gnósticas, en sectas religiosas como la de los cátaros o albigenses, en agrupaciones como las de los caballeros templarios, los rosacruces y los francmasones, así como entre los alquimistas, los kabbalistas, etc. El interés secular occidental en la reencarnación se vio reavivado en el siglo XIX cuando madame Helena P. Blavatsky introdujo el pensamiento esotérico oriental en Occidente a través de la teosofía. En Isis Unveiled(Isis sin Velo), Madame Blavatsky sostiene que la reencarnación era producto de la "ignorancia de los sentidos". Según los pocos sondeos de opinión que se han realizado, en el siglo XX la creencia en la reencarnación se ha difundido de manera bastante pareja en todo el Occidente predominantemente cristiano.

La Diosa Perdida


Lla diosa está muy de moda en la literatura comercial y new age, pero todos los dioses antiguos tenían sus correspondientes diosas(dualidad); y Ēl-Elohim-Yahvéh no fue una excepción. En el conglomerado cultural levantino, la diosa-madre de Ēl era Asherah, también conocida bajo otras variantes como Ashratu o Atirat. En la Épica de Baal ugarítica, Asherah es la creadora de los Elohim.

Asherah aparece en la Biblia, y muy específicamente en el Libro 2º de Reyes, donde se explica cómo destruyen su culto y queman "todos los objetos que se habían hecho para Baal, para Asherah y para todo el ejército de los cielos" (2 R 23:4-7) durante lo que parece ser el relato de una violenta represión monoteísta en plan talibán volando Budas (bueno, peor...). En otros puntos aparece traducida como un cipo que no debe ser plantado junto al templo de Yahvéh.

Y es que parece que el culto a Asherah como diosa consorte de Ēl-Elohim-Yahvéh era generalizado entre los judíos antiguos; existe un extenso registro arqueológico al respecto, y de hecho cualquiera diría que se trataba de una diosa muy popular antes de que los monoteístas pasaran todo por la espada y el fuego. Tampoco vayamos a idealizar según qué cosas: existe una posibilidad cierta de que a Asherah le fuera lo del sacrificio humano tanto como a su nuera Anat/Tanit, que según dicen se divertía con sacrificios de niños en el Tophet.

La verdad es que entre una panda de politeístas dispuestos a sacrificarte un churumbel para aplacar a la diosa y una panda de monoteístas dispuestos a sacrificar a todo el mundo para imponer lo suyo, no sé qué elegir. Sí, el pasado era un asco.

Pero lo cierto es que Asherah le encantaba a los judíos antiguos, decía, como demuestran numerosos hallazgos arqueológicos. Incluso se conservan inscripciones donde se la vincula directamente a Yahvéh, como un óstracon del siglo VIII aC descubierto por arqueólogos israelíes en 1975 donde se lee "yo te bendigo por YHWH de Samaria y Su Asherah" (yacimiento de Horvat Teman). Otro, de Khirbet el-Kom (cerca de Hebrón), pone: "Bendito sea Uriyahu por YHWH y Su Asherah; de sus enemigos le salvó!". Todo esto puede que suene a algunos un tanto herético, pero son descubrimientos avalados por arqueólogos de gran prestigio como Israel Finkelstein –profesor y ex-director del Departamento de Arqueología de la Universidad de Tel Aviv, co-director de las excavaciones de Megiddo y probablemente el mayor experto vivo en las Edades del Bronce y el Hierro hebreas– o Neil A. Silberman, del Departamento de Arqueología de la Universidad de Massachusetts.

A quienes, por supuesto, los literalistas bíblicos y otros fanáticos por el estilo no pueden ver ni en pintura.



(Horvat Teman, Sinaí, Sur de Israel). En la inscripción del óstracon de Kuntillet'Adschrud (hebreo antiguo) se lee "A[shy]o al R[ey?] dijo: dí a (X) (Y) (Z), que seas bendito por YHWH de Shomron (Samaria) y su ASHERAH".

Hubo una diosa de Israel. En realidad, seguramente, hubo varias entre estos Elohim canaanitas. Que todo ello fuera barrido por el monoteísmo, y ahora se pretenda que jamás ocurrió, no le resta ni un ápice de veracidad.

Pero, ¿qué pasó? ¿Cómo fue? Y, ¿por qué?

(Continuará...)