jueves, 8 de mayo de 2008

Hablando con Venus



Son las seis de la mañana, él se levanta como cada día
cuando se dirige a su trabajo; pero hoy es un día diferente.
Llegamos a las siete al aeropuerto,
el tiempo pasa muy rápido cuando te dan un abrazo,
y tan sólo dos segundos después
me mira con esos ojos negros
en los que veo reflejados mis lágrimas.
Y mientras balancea su mano en el aire,
mi mente se ilumina con su pensamiento:

"Descubrir, salir, volar,
lo daría todo por desaparecer durante un minuto.

Quiero dejar atrás mi pasado,
mi familia, mis amigos;
tan solo añoro ese sentimiento de libertad.

Quiero deshacerme de este agobio
que no me deja respirar.

Llegado mi momento,
tengo la necesidad de descubrir mi alrededor,
pero por desgracia para quienes me rodean
mi mirada no se limita
a ver la tierra que piso
o el espejo que me refleja.

Hay ojos, como los míos,
que tan sólo ven las estrellas,
a pesar de que la única luz que los ilumine
sea una simple bombilla.

Déjame que haga las maletas
mientras me recuerdas cuánto me quieres,
y con un dulce beso, deséame suerte.

Regálame tus lágrimas de añoranza;
pero sobre todo recuerda mi ojos
reflejo de mi alma que clama por sus sueños.

Quiero volar, salir, descubrir.
Llenar mi corazón de futuros recuerdos,
reeducarme con nuevos paisajes,
formarme entre los susurros de la gente.

Y, sobretodo, vivir.
Déjame volver a respirar;
dame otra oportunidad."

Y mientras sus palabras hacían ecos ruidosos en mi cabeza,
mi corazón gritaba, hasta pronto mi adorable hermano,
recuerda tan sólo que te quiero y que siempre estaré a tu lado.

-Neö-

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