miércoles, 17 de enero de 2007

ElektroSutras



Las palabras son atómicas, están llenas de energía. Siempre que una persona que se ha realizado dice algo, la palabra se convierte en semilla y durante miles de años permanecerá como tal y buscará un corazón. Si tú estás listo, listo para ser su terreno, entonces estas palabras, estas palabras tremendamente poderosas, están todavía vivas. Son semillas; entrarán en tu corazón si tú se lo permites y te transformarán.
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Para alcanzar la realidad, Dios, la iluminación, el nirvana, o como quieras llamarlo, debemos encontrar nuestro propio camino.
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Tú eres el camino y la meta, y no hay distancia entre la meta y tú. Tú eres el buscador y lo buscado; no hay distancia entre el buscador y lo buscado. Tú eres el devoto y la devoción. Tú eres el discípulo y el maestro. Tú eres el medio y el fin. Este es el Gran Camino.
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Si quieres ver la verdad,
no mantengas ninguna opinión a favor o en contra.
La lucha entre lo que a uno le gusta
y lo que le disgusta
es la enfermedad de la mente.

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Ocurrió una vez...
Se abrió un proceso contra Mulla Nasrudin. El fiscal no podía probar gran cosa. Se le acusaba de poligamia, de tener muchas esposas. Todo el mundo lo sabía, pero nadie podía probarlo. El abogado le dijo a Nasrudin: «Quédate callado, eso es todo. Si dices una sola palabra te van a coger. Así que estate callado y yo me ocuparé de todo».
Mulla Nasrudin permaneció en silencio; hirviendo por dentro, desazonado, y a pesar de haber querido interrumpir muchas veces, se las arregló para, de alguna manera, controlarse a sí mismo. Por fuera parecía un buda, pero por dentro estaba como un loco furioso. No se pudo encontrar nada contra él. Aun sabiendo que este hombre tenía muchas mujeres en el pueblo, ¿qué podía hacer, el juez sin ninguna prueba? Así que tuvo que concederle la libertad.
Le dijo: «Mulla Nasrudin, eres libre. Puedes irte a casa». Mulla Nasrudin se quedó perplejo y dijo: «¡Qué!; ¿a qué casa, señoría?». Tenía muchas casas porque tenía muchas esposas en el pueblo.
Una sola palabra tuya mostrará la mente que hay dentro; una sola palabra y todo tu ser quedará expuesto. Ni siquiera se necesita una palabra; tan sólo un gesto y aparecerá tu mente parlanchina. Aunque estés en silencio, tu silencio no reflejará otra cosa que el mono parlanchín que llevas dentro.

2 comentarios:

Bohdi dijo...

Como dijo no-se-quién (perdón por presumir de ignorante), el hombre es dueño de sus silencios y esclavo de sus palabras.

Bohdi dijo...

Por cierto, un 10 a la música!