jueves, 15 de marzo de 2007

El cambio



No siempre es sencillo situarse en la línea de salida desde la que
emprender el regreso.

La voluntad de cambio pocas veces es suficiente para lograr el
cambio.

Me ayudó escuchar ciertas voces al otro lado del teléfono aunque no
siempre tuviese fuerzas para descolgarlo.

Me ayudó encontrar ocupada la bandeja de entrada del correo en el
momento en el que por fin reuní el valor de enfrentarme a ella.

Me ayudó también pensar en quienes respetaron o velaron mi silencio
con sus silencios.

Responder será el siguiente paso.

Los miedos, los problemas, los fantasmas, casi siempre atacan en
manada como animales gregarios.

Por ahora he conseguido alcanzar la orilla en la que lavar las
heridas, pero sé que aún necesitaré tiempo para hacerlas cicatrizar.

No consigo superar el pudor de volcar parte de lo que llevo dentro.
No todo.

Me sé torpe para traducir a palabras algunos sentimientos. Sólo los
míos.

Gracias suena a tan poco...

Y sin embargo yo sé que me habéis entendido.

Gracias a tod@s...

*Neö

1 comentario:

Laura Abella dijo...

Aunque pueda no parecerlo, los sinlencios son una parte importantísima de la comunicación. Hay mucho más contenido en ellos de lo que pensamos y saber bailar con ellos da un equilibrio a las relaciones especial.
Espero que te encuentres fuerte y bien.
un beso