miércoles, 25 de junio de 2008

Discurso de O'Brien (1984)

Extracto de la obra de George Orwell "1984". Me gustaría compartir con vosotros el curioso extracto del autor que nació hace ya más de cien años.

La novela es una descripción analítica de los regímenes totalitarios con un final desolador. El personaje principal es Winston Smith, que trabaja en el Ministerio de la Verdad (uno de los 4 ministerios que hay) reescribiendo la Historia permanentemente e inventando héroes.

El Gran Hermano suple a todo personaje político: él es el comandante en jefe, el guardián de la sociedad, el dios pagano y el juez supremo. Él es la encarnación de los ideales del Partido, el Partido ubicuo, único y todopoderoso que vigila sin descanso. El Partido al que han de pertenecer todas las personas.

Tras años trabajando para el Ministerio de la Verdad, Winston se vuelve consciente de que los retoques de la historia en los que consiste su trabajo son sólo una parte de la gran farsa en la que se basa su gobierno, y encuentra el amor de una joven rebelde encarnando así una resistencia de dos contra una sociedad que se vigila a sí misma.

He aquí los extractos:

(...) Vamos a ver, Winston, ¿cómo afirma un hombre su poder sobre otro? Winston pensó un poco y respondió: ---Haciéndole sufrir. ---Exactamente. Haciéndole sufrir. No basta con la obediencia. Si no sufre, ¿cómo vas á estar seguro de que obedece tu voluntad y no la suya propia? El poder radica en infligir dolor y humillación.

El poder está en la facultad de hacer pedazos los espíritus y volverlos a construir dándoles nuevas formas elegidas por ti. ¿Empiezas a ver qué clase de mundo estamos creando?
Es lo contrario, exactamente lo contrario de esas estúpidas utopías hedonistas que imaginaron los antiguos reformadores. Un mundo de miedo, de ración y de tormento, un mundo para pisotear y ser pisoteado, un mundo que se hará cada día más despiadado.

El progreso de nuestro mundo será la consecución de más dolor. Las antiguas civilizaciones sostenían basarse en el amor o en la justicia. La nuestra se funda en el odio. En nuestro mundo no habrá más emociones que el miedo, la rabia, el triunfo y la humillación. Todo lo demás lo destruiremos, todo.


Ya estamos aplastando los hábitos mentales que han sobrevivido de antes de la Revolución. Hemos cortado los vínculos que unían al hijo con el padre, al hombre con el hombre y al hombre con la mujer. Nadie se fía ya de su esposa, de su hijo ni de un amigo. Pero en el futuro no habrá ya ni esposas ni amigos. Los niños se les quitarán a las madres al nacer, como se les quitan los huevos a la gallina cuando los pone.

El instinto sexual será extirpado donde persista. La procreación consistirá en una formalidad anual como la renovación de la cartilla de racionamiento. Aboliremos el orgasmo. Nuestros neurólogos trabajan en ello. No habrá lealtad; no existirá más fidelidad que la que se debe al Partido, ni más amor que el amor al Gran Hermano.

No habrá risa, excepto la risa triunfal cuando se derrota a un enemigo. Cuando seamos todopoderosos, ya no necesitaremos la ciencia. No habrá ya distinción entre la belleza y la fealdad. Ya no habrá curiosidad, ni alegría de vivir. Todos los placeres de la emulación serán destruidos. Pero siempre, no lo olvides, Winston, siempre existirá el afán de poder, la sed de dominio, que aumentará constantemente y se hará cada vez más sutil. Siempre existirá la emoción de la victoria, la sensación de pisotear a un enemigo indefenso.

Si quieres hacerte una idea de cómo será el futuro, figúrate una bota aplastando un rostro humano... eternamente. (...)

(...)Al fondo, un cartel de colores, demasiado grande para hallarse en un interior, estaba pegado a la pared. Representaba sólo un enorme rostro de más de un metro de anchura: la cara de un hombre de unos cuarenta y cinco años con un gran bigote negro y facciones hennosas y endurecidas.

Winston se dirigió hacia las escaleras. Era inútil intentar subir en el ascensor. No funcionaba con frecuencia y en esta época la corriente se cortaba durante las horas de día. Esto era parte de las restricciones con que se preparaba la Semana del Odio. Winston tenía que subir a un séptimo piso. Con sus treinta y nueve años y una úlcera de varices por encima del tobillo derecho, subió lentamente, descansando varias veces.

En cada descansillo, frente a la puerta del ascensor, el cartelón del enorme rostro miraba desde el muro. Era uno de esos dibujos realizados de tal manera que los ojos le siguen a uno adondequiera que esté. "EL GRAN HERMANO TE VIGILA", decían las palabras al pie.(...)


Juntos creen afiliarse a la Hermandad, un supuesto grupo de Resistencia dirigido por Emmanuel Goldstein —un personaje casi tan ubicuo y omnipresente como el propio Hermano mayor, el Enemigo del Pueblo y escritor de El Libro, y que es en realidad uno más de los instrumentos de control del Partido.

(...)Por qué brindamos esta vez [preguntó O'Brien]? ¿Por la confusión de la Policía del Pensamiento? ¿Por la muerte de Big Brother? ¿Por el futuro?

---Por el pasado ---respondió Winston.

---Sí, el pasado es más importante ---reconoció O'Brian con gravedad. (...)

(...)Dos lágrimas, perfumadas de ginebra, le resbalaron por las mejillas. Pero ya todo estaba arreglado, todo alcanzaba la perfección, la lucha había terminado. Se había vencido a sí mismo definitivamente. Amaba al Gran Hermano.

Y ahora, a meditar sobre el texto: hay multitud de paralelismos con situaciones que se dan hoy dia.(Recordad que el libro se escribió en 1948)

Para saber más , ya sabéis, "1984" de George Orwell, también hay multitud de análisis, discursos, ensayos y parte del material en la gran web de Cervantes Virtual

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