lunes, 9 de abril de 2007

Me faltas





La mirada ausente. La voz interior tiembla. Sentado en una esquina de
la habitación vacía. Silencio. Soledad. Me he quedado ciego de tanto
mirarte de lejos. Me he quedado mudo de tanto llamarte. Y ahora, como
la muñeca vieja y rota abandonada en el trastero, escucho los ecos de
tu vida feliz. En otra casa, otra sitio, otro calor.
La nula esperanza de que alguien recomponga los pedazos que quedan de
mí. La nula esperanza de que vuelvas a mi lado, a coger mi mano,
contarme cosas, mirar mis ojos, y sonreír.

2 comentarios:

Doña Paranoica dijo...

Precioso, simplemente, precioso.

Bohdi dijo...

¿Todo bien Neö?
Espero que sólo sea un texto precioso que no refleje tu ahora.
Puedes contar conmigo, lo sabes.