martes, 9 de octubre de 2007

Dominique





Dominique es una mujer de mediana edad,guapa, alta, con una melena increiblemente larga(por la cintura) y rubia de origen Francés asentada en España hace ya muchos años. Una mujer luchadora y muy trabajadora, con una mirada muy especial y reconfortante. Las vueltas que da la vida, recuerdo cuando era pequeño que llevaba con su entonces marido, argentino, un asador de pollos muy cerca de mi casa. Lo que mas me gusta de ella es que siempre tiene alguna palabra bonita o una gran sonrisa para darte que desprende un gran aura de luz envolvente y cálida, y me llamaba especialmente la atención su larguísimo pelo rubio.

Tiene un hijo de mi edad que se llama Fran, muy alto, robusto, moreno y muy guapo que ha heredado muchas cualidades de su madre, su sonrisa, su espontaneidad, y su calidad humana. Desde que Dominique se separó Fran le ayuda en todo. El caso es que desde la separación cerró el asador y no volví a saber nada mas de ellos.... Hasta hace dos años. Han pasado ya diez años desde que aquel niño iba a comprarle a Dominique y curioseaba y correteaba por su asador al lado de casa. Me encantaba ir, ya no sólo por escuchar la mezcla de acentos francés y argentino o ver las cosas de Dominique, mis padres siempre dejaban para mi la vuelta y con eso compraba algunas chucherías o alguna revista: cosas de niños.

Después de haber recorrido muchos sitios del país, sobre todo la comunidad Valenciana, volví a Córdoba donde después de trabajar en muchos sitios muy conocidos aquí empecé mi nuevo negocio, mi querido bar.

Cual fue mi sorpresa cuando vi entrar por la puerta a una mujer de mediana edad, con su gorro blanco, melena rubia y una linda sonrisa, que venía a saludar y conocer a sus nuevos vecinos de negocio.Como siempre, tan amable, cariñosa y entregada.

Casualidad o cosas del destino, nos volvimos a encontrar después de tanto tiempo, y ahora todos los dias compartimos pequeños momentos de esos que tanto me gustan.


Domi, como me gusta llamarla, recuerdo que antes le gustaba ir en su moto, hasta que un desalmado le dio con el coche, y le hizo polvo la espalda y la cadera. Recuerdo como iba malita a trabajar porque no podía cerrar su negocio que le da su pan de cada dia; ¡Cómo la admiro por eso!
También recuerdo cómo su hijo Fran le ayudaba en todo lo que podía, y muchos dias se hacía cargo él mismo de su nuevo asador.

Tanto a él como a ella les encanta desayunar mis tostadas con tomate y trocitos de jamón, que intento alargarles siempre que puedo para que no dejen solo el asador, y me traen los platos y cubiertos siempre relucientes, aunque les diga que no se molesten que tengo lavavajillas, :)

Cuando Domi se recuperó, Fran sintió la llamada de viajar, esa que a todos nos entra alguna vez en la vida, y se fue a Londres una temporada y mas tarde a Ibiza.
A la pobre Domi, que Fran fue su apoyo mas importante, le costó trabajo adaptarse a la ausencia.

Desde la etapa de adaptación me cogió un especial cariño, a veces me trae de comer cuando tengo que quedarme en el bar su salmorejo que tanto me gusta (comida típica cordobesa) y que hace tan bien como cualquier cordobés, o cualquiera de sus especialidades hechas con tanto cariño. Me trata como si yo también fuese hijo suyo.

Hoy quería hablaros un poco de esta mujer tan especial, que quizá no tenga ningún monumento o ninguna calle con su nombre, o nunca sea conocida, pero os aseguro que es una de esas personas que hacen que sea mucho mas agradable la vida diaria. Una persona que nunca pierde la sonrisa, la amabilidad y la calidez aunque esté pasando por un momento difícil, y eso para mi vale tanto o mas que otras reconocidas.

Estas navidades viene Fran a llevar el asador, y ella aprovechará para volver a su querido París, volver a recorres sus calles y visitar seres queridos, y vender hermosos árboles de navidad en las plazas de la ciudad de la luz.Llevando ilusión para los más pequeños parisinos.

Así que si pasais por allí y veis a una mujer de mediana edad, guapa y alta, con una larguísima cabellera rubia y una gran sonrisa dibujada en la cara, no olvidéis darle un beso de esos sonoros de mi parte, y disfrutad de la compañía, aunque sólo sea un momento, de esta maravillosa mujer.

¡Viva Dominique!

*Neö

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